Si la productividad es algo que te preocupa, lo más posible es que quieras saber cuáles son los mejores momentos del día para llevar a cabo ese tipo de tareas que tanto te preocupan. La idea es poder rentabilizar mejor el tiempo que invertimos haciendo cosas y aprovechar esos momentos en los que somos más eficientes, mientras que dejamos de lado aquellos en los que producimos menos. ¿Qué horario es el mejor?
Para empezar, te diremos que la mañana, con ese primer café que sienta tan bien, es el momento idóneo para hacer todas esas cosas que requieren un mayor esfuerzo por tu parte o, más específicamente, en aquellas en las que tienes que poner un mayor nivel de inteligencia y capacidad de razonamiento. Si son cosas que te hagan pensar mucho, no dudes en llevarlas a cabo por la mañana cuando estás más despejado (pero no cuando te acabas de despertar y aun no te has quitado las legañas).
Tras ese momento de brillantez, que durará más o menos dependiendo de ti, será el turno del mediodía. Por desgracia, el mediodía y el periodo que viene después, no son precisamente recomendables. Tu ritmo se verá alterado de una manera negativa y no conseguirás trabajar de forma conveniente, al menos no de la misma manera en la que lo hubieras hecho por la mañana.
Ese periodo, el de la “siesta”, también suele derivar en que tengas momentos de brillantez que se combinen con periodos en los que tus ideas serán totalmente opuestas.
En el otro lado de la balanza tenemos la noche. La noche puede ser un momento excelente para trabajar siempre y cuando seas una persona que suela trabajar en este momento. Si estás acostumbrado a madrugar, cuando llegue la noche no esperes que te encuentres en tu mejor momento creativo. Tu creatividad irá cayendo en picado hasta que te veas dando tumbos. Pero si sueles trabajar de noche, no hay duda de que será el mejor momento del día para ti.