Estoy seguro de que así como hemos interiorizado el concepto de “flexibilidad”’, paulatinamente podremos llegar a concienciarnos de las múltiples ventajas que tendrá llegar a disfrutar de unos horarios racionales”.
 

Tribuna

Los profesionales liberales y su gestión del tiempo

D. Carlos Carnicer. Presidente de Unión Profesional

(Tiempo estimado de lectura: 2,45 minutos)

"En Unión Profesional se valora el tiempo y la importancia que posee para cada persona en todas las facetas de su vida".

Carlos Carnicer

D. Carlos Carnicer

En los últimos meses he podido comprobar, tras asistir al pleno que la Comisión Nacional para la Racionalización de  los Horarios Españoles convocó en la sede de Comisiones Obreras, en Madrid y la celebración del VIII Congreso para Racionalizar los Horarios Españoles, en Zaragoza, en el que tuve el placer de moderar una de sus mesas, la relevancia de un tema, el de la gestión del tiempo, merecedor de la atención que sin duda ha percibido el Congreso de los Diputados, mediante la creación de la Subcomisión de horarios, dentro de la Comisión de Igualdad.

La vinculación de las profesiones liberales con el tiempo viene siendo una relación, cuando menos, complicada. De ahí, la autocrítica que en Unión Profesional siempre hacemos sobre nuestro sector, en la mayoría de las ocasiones más preocupado por la cuestión a resolver expuesta por el cliente, paciente, usuario o consumidor que del tiempo que la resolución de este asunto finalmente nos ocupará. Porque en la relación definida en el Derecho como arrendamiento de servicios, el cliente es el contratante de esos servicios, y por lo tanto el “exigente”’.

Cuando el sector profesional reflexiona respecto a este aspecto son muchos los elementos que contempla, además del especificado anteriormente, puesto que se trata de una materia que dependerá de otros tantos factores. Es el caso de la edad o de la capacidad de sacrificio/esfuerzo o de las circunstancias en las que se encuentre el trabajador/a, por nombrar algunas.

No será lo mismo la gestión del tiempo en un profesional que comienza su andadura laboral, joven, con ganas de aprender, de absorber experiencias, al que en ocasiones habrá que orientar, que en un trabajador/a maduro, profesional y laboralmente hablando, cuyo tiempo, también dependiendo de las circunstancias en las que viva, podrá ser gestionado muy a menudo por sí mismo, consciente ya de sus límites así como de sus posibilidades.

Lo mismo podría aplicarse en el caso de la conciliación personal, distinta de la familiar, a su vez distinta si se tienen o no hijos o personas dependientes a su cargo.

Circunstancias, al fin y al cabo, que el sector de las profesiones, pone encima de la mesa, cuando tiene la oportunidad de reunirse con la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y con su presidente, D. Ignacio Buqueras, sin cuya labor, ni siquiera a la categoría de reflexión hubiéramos llegado muchos sectores.

Tal y como se habló en el último Congreso Nacional, las profesiones colegiadas tomamos nota y confiamos en que las nuevas generaciones, como siempre hacen, nos enseñen también a preocuparnos más por la gestión de un aspecto imprescindible de nuestras vidas, como es el uso de nuestro tiempo, y también el respeto del ajeno.

Un paso hacia delante en este sentido ha sido la interiorización de un elemento cada vez más extendido en los despachos y oficinas profesionales: la flexibilidad. En lo que podemos, intentamos considerar esa flexibilidad como norma, en todos y cada uno de los departamentos que conforman nuestros lugares de trabajo. Sucede así en nuestra institución. En Unión Profesional se fomentan medidas de conciliación de la vida personal y profesional de sus empleados en lo relativo, por ejemplo, a la racionalización y flexibilización de los horarios laborales. Se valora el tiempo y la importancia que posee para cada persona en todas las facetas de su vida (Política de Recursos Humanos de Unión Profesional).

Estoy seguro de que así como hemos interiorizado el concepto de “flexibilidad”’, paulatinamente podremos llegar a concienciarnos de las múltiples ventajas que tendrá llegar a disfrutar de unos horarios racionales, porque al fin y al cabo este otro paso adelante será en beneficio siempre de la mejora de la calidad de vida, del disfrute del valor real de tiempo. En definitiva, la concepción adecuada de lo que es una sociedad solidaria, dispuesta a repartir algo tan elemental como es el tiempo pero también el trabajo. Y además proclamarnos de una vez por todas, europeos en todos los sentidos: porque España es Europa.